domingo, 2 de diciembre de 2007

Pelen el ojo con Cupido

Mucha tinta ha corrido desde que el catorce de febrero fue decretado como día del amor y la amistad. Se ha escrito de todo. Ninguna cursilería se ha ahorrado para conmemorar la fecha. Aún así, vienen a mi mente recuerdos de aquellas amistades que llamaron mi atención desde muy pequeño. Amistades que, infortunadamente, con el correr de los años, han terminado levantando serias sospechas al llegar a la madurez.
¿Quién no recuerda aquella entrañable pareja de amigos dedicados a combatir a los malos de ciudad Gótica? ¿Quién, de los que rondamos la treintena, ha olvidado al famoso dúo dinámico, Batman y Robin? No hubo amigos como esos. Golpes aquí. Carreras allá. Burlando al peligro y a la muerte juntos. ¡Cuántas veces importunamos a mamá exigiéndole una máscara de Batman que acompañara nuestras aventuras infantiles!
¿Quién que se precie de haber tenido infancia ha olvidado a Superman y a Jaime Olsen? Superman salvando a Jaime al caer este último de las grandes alturas. Jaime retirándole a Superman la kriptonita dejada maliciosamente por el infame Lex Luthor. ¡Aquello si que era una amistad!
¿Y el Llanero Solitario? No creo que exista nadie entre los treinta y los cuarenta que no recuerde al Llanero Solitario, ese enmascarado justiciero que, junto a su nativo amigo Toro, se encargó de escarmentar a un montón de bandoleros y cuatreros del ya trillado oeste.
Aquellas sí que eran amistades. Por lo menos eso creíamos hasta que la traicionera madurez de los años se nos vino encima.
¿Batman y Robin amigos? Cuéntame una de vaqueros. Gatúbela babeándose por el hombre murciélago y éste, raudo y veloz, se da a la fuga con el Joven Maravillas. Y ese mote de maravillas adivinen quién se lo encajó -el mote-: pues, ¡El pendejote de Batman!
Y el Super resulta que no es tan man. La pobre Luisa Lane soñando siempre con los brazos -y otras vainas- del Superman y éste eternamente ocupado apañando al Jaime, que sospechosamente siempre encontraba una azotea desde la cual caerse. ¿ Nunca se preguntaron porqué Jaime tenía relojito con superseñal para llamar al hombre de acero y Luisa no?
Pero no son los únicos. Mas de una vez quedó una rancherita con la boca abierta suspirando por el Llanero Solitario, quien prefería marcharse con su Toro en busca de 'otras aventuras'. ¡Ayuuu, Silver!
No nos llamemos a engaño. Esto del catorce de febrero ha degenerado en un asunto feo. Pero el único culpable es el mismo responsable de la promoción. Porque entre flecha y flecha, ¿alguien le conoce novia a Cupido? Por ahí comienza la vaina. Alguien en este país, la junta de censura o alguna sociedad pro moral, debe pelar el ojo, porque ese angelito está raro.

Embrión político

El pequeño hijo de mi vecina es un niño infame. Todos los niños, a excepción de nuestros hijos, lo son. Pero, qué le vamos hacer si ellos son nuestro castigo por mordisquear la fruta prohibida- a la del jardín del Edén me refiero.
El pequeño hijo de mi vecina, vuelvo y repito, es un chiquillo infame.
- ¡ Me va a matar de un disgusto!- grita la madre enojada- ¡ Y sólo tiene cinco años!- agrega angustiada al recordar el tiempo que aún le falta para que cumpla la mayoría de edad y se largue bien lejos de casa.
El siniestro párvulo es arrogante, vivaracho, temerario y de armas tomar; enemigo de los deberes que le asigna la maestra del kinder. Es callejero, obstinado y de una estupidez sólo justificada por su corta edad.
La madre, a la del pequeño me refiero, se presentó a mi casa hace algunos días a buscar consejo porque según la pobre, le parezco una persona inteligente y bien educada.
En honor a la verdad me sentí muy reconfortado tanto por su opinión como también por comprobar que habían resultado mis trucos para ocultar mis revistas Playboys dentro de los libros que fingía leer.
-Me he atrevido a molestarle porque es usted una persona dedicada a la buena lectura. Siempre está con un libro entre las manos cuando paso para la tienda.
- Pues ya sabe usted lo que dicen, que la lectura es la ambrosía del espíritu.- subrayé recordando la ambrosía de las páginas centrales de la revista.
- Claro que sí. Ya quisiera yo que mi hijo pensara igual.
- Es pequeño. Está a tiempo aún...
- ¡Qué va, vecino! Después de ocho semanas de embarazo es peligrosísimo, y después de nacido sería parricidio. No me queda otra que aguantármelo.
- ¿ Y los abuelos ?
- Amenazaron con mudarse a Groenlandia si se los llevo siquiera otro fin de semana.
- Bien. No le queda mas que criarlo y educarlo tanto como permita su escasa masa encefálica.
- Por eso estoy aquí, vecino. Para consultarle su opinión al respecto. ¿ Le ve usted posibilidades en algun oficio a mi mequetrefe?
Conmovido por la mirada que acompañaba la pregunta le metí cráneo al asunto durante algunos minutos...Durante una hora...Dos...Tres...
- Tome en cuenta que ese pequeño monstruo es falso,vanidoso, egoísta, malintencionado, traicionero. Un ser humano al fin y al cabo. Pero también tenga en consideración sus pequeñas virtudes.
- ¿ Las tiene?
- Sí. A pesar de sus pocos años es ferviente enemigo de la degradación medioambiental. Está en contra de la tala de árboles y por lo mismo ha jurado y perjurado no tomar jamás un libro entre sus manos. ¿ Sabe usted cuántos árboles han sacrificado para fabricar el papel de toda su biblioteca? Por otra parte es un firme opositor de la explotación del hombre por el hombre. Desde muy chiquito repite que el salario es el soborno que se le paga a gente sin carácter para que sacrifiquen algunas horas de su ocio.
- A pesar de las apariencias tiene sus virtudes el pequeño.
_¿ Verdad que si?- replicó esperanzada la vecina.
Volví a postrarme en mi mecedora, agarré mi Playboy sin ocultarla en el libro pues a esas alturas me importaba un bledo cuántos cadáveres ecológicos habían costado las conejitas del poster y, sin ningún remordimiento, le recomendé:
_ Señora, este es un país de partidos y ministerios, ¡ métalo a político!.

Si Darwin estudiara a Porky...

Como si no fuera suficiente ultraje para los monos acusarlos de ser nuestros padres evolutivos, ahora un grupo de investigadores británicos y estadounidenses, después de examinar fósiles en la zona de Karoo (actual Sudáfrica), se ha dado a la tarea de regar el runrún de que el verdadero culpable de tanta degeneración es una especie de cerdo prejurásico que vivió hace 250 millones de años en el desierto sudáfricano.
Y es en extremo peligroso que los científicos se presten para estos maliciosos jueguecitos, porque al ser uno de los pocos grupos de profesionales que conservan una pizca de credibilidad en este moderno maremágnun de globalización y reelecciones, cualquier hijo de vecino se cree el bochinche.
Mira uno a su alrededor y al verificar que, además de perder el jardín del Edén, hemos procreado a tantos sindicalistas, buseros , políticos reelecionistas y demás íncubos, y termina no sólo creyéndose descendiente de un cerdo antiquísimo, sino de cualquier bestia que se le ocurra a un recién graduado de la Universidad Nacional.
Cuentan estos malhablados hombres de ciencia que el susodicho animal, el lytrosauro, comenzó a desarrollarse cuando aún prosperaban los dinosaurios, esas montruosas criaturas sólo comparables a los ministros de economía y a las fabulaciones jurásicas de Spielberg.
Por su parte, un diario tan prestigioso como el Sunday Times señaló que el aparato nasal del lytrosauro demuestra que se trataba de un animal de sangre caliente, lo que le permitió sobrevivir a la sequía y al aumento de la temperatura que acabó con los inquilinos del Jurasic Park. Lo que no explica ni el periódico ni los científicos de marras es cómo una bestia de sangre caliente puede dar origen a un siniestro abogado, legislador o a un busero, especímenes que actualmente son señalados como animales de sangre fría. Ni repara tampoco el susodicho diario que aunque han evolucionado a otros niveles más refinados, los actuales descendientes de Porky conservan en toda su majestuosidad el formidable aparato nasal, que, al final de cuentas, les permite sobrevivir a tanta corruptela, parapolítica y otros escandalillos muy frecuentes y comunes por estas fincas.
Definitivamente no podemos estarnos creyendo los absurdos cuentecitos que individuos desvariados ponen a rodar con no se qué perversas intenciones. Por muy británicos o gringuitos que sean. O por muy graduados de Harvard o de Oxford que vengan.

¡No fueron los monos!

Después de muchos años de rodar la bola esa de que los hombres descienden de los monos, un reciente estudio científico hecho al DNA extraído de los huesos de un hombre de Neandertal pone en duda tal afirmación e incluso sugiere que genéticamente somos demasiados distantes para ser descendientes de aquellos.
¡Finalmente se le hizo justicia a los monos!
Porque una cosa es vivir con el estigma de ser los padres adoptivos de Tarzán, pero otra muy distinta que lo califiquen a uno como la fuente originadora de semejante degeneración.
¿Puede imaginarse la terrible desilusión sufrida por esas criaturitas luego de la hazaña de bajarse de las ramas, arrastrarse encorvado, erguirse sobre las extremidades inferiores para finalmente recaer en odontólogos sin diploma, periodistas, vendedores de seguros, taxistas, chofer de diablos rojos(busetas) o políticos de baratillos?
Definitivamente la ciencia se ha reivindicado con este estudio que , aparte de sus implicaciones prácticas, termina corrigiendo un entuerto que ella misma inició desde el primer momento que le encajó a los comebananas la culpa de todas las desgracias terrestres.
Sin embargo, después de semejante reivindicación queda una pregunta sin contestar: ¿De dónde proviene el hombre? ¿ En qué lamentable incidente se coló la raza humana en el teatro de la historia natural? Porque no es posible que ahora, después de tantos años de pendejadas evolutivas, resultemos huérfanos en nuestros orígenes.
Por ahí persisten unos despistados en sus argumentos de que somos resultados de una chispa divina. Pero, viendo el bochornoso espectáculo de Bush y su sarta de mentiras para aniquilar Irak y los delirios eternizantes y monárquicos del rojo suramericano, yo diría que mas bien somos el producto de un lamentable cortocircuito en la creación.
¿A quién se le puede ocurrir que somos hijos del cielo cuando hemos sido capaces de crear partidos políticos, ministerios, caricaturistas y, además, hablar con el mayor desparpajo de socialismos del siglo XXI?
Hay que ser ingenuo para sostener aún que somos la cúspide de la creación cuando ya hace rato que nos desbarrancamos hasta el mismísimo fondo del abismo de la desverguenza y de las políticas amañadas. Nomás dele una mirada a su entorno y vea el espectáculo de los maraqueros políticos, los expresidentes desempleados, los corredores interminables y los magistrados renegando de las conductas morales por mordisquear sus jugosos aumentos salariales.
Quienquiera que sea el padre de la raza humana, ha de estar bien escondido huyendo de la verguenza de sus hijos, y...
¡Santo Dios! De la que se salvaron los monos.

El Gurú

Eso de los modelos familiares es todo un rollo.
El chico llega al mundo como un papel en blanco y el padre, aunque no sepa ni jota de literatura ni sea un García Márquez , tiene que llenar ese espacio con principios morales, con valores y con toda esa parafernalia espiritual propicia para librar al párvulo de las simas oscuras del barranco.
Antiguamente la cosa funcionaba al natural. Los padres criaban a su prole tal como los criaron a ellos y ya está. O resultaban iguales al progenitor y por tanto excelentes chicos, o derivaban a sus propias individualidades y se corregía el rebelde a punta de porrazos.
Con el correr de los años la cosa vino a complicarse.
En 1849, nace en Rjasan, a 200 kilómetros al sureste de Moscú, Iván P. Pavlov, quien resultó, además de ruso, brillante. Para 1891, después de estudiar y observar el proceso de salivación de cuanto perro se le atravesara en el camino, establece una diferencia entre los reflejos condicionados y los no condicionados. Y condena desde entonces a la humanidad a vivir bajo el látigo de la ciencia del comportamiento: te crías entre monos y resultas Tarzán o te crías bajo el modelo paterno y resultas peor que los monos.
En definitiva: necesitamos de un modelo que imitar.
El principio es ineluctable. De ahí que pululen semejante sarta de gurúes. Los hay en mercadeo, en administración, en superación personal, en publicidad ( muy bien publicitados ) y en cualquier actividad que nos brille en la mollera.
En esto del humorismo gráfico o escrito los hay a tutiplén. Si queremos aprender lo que es caricatura hemos de tomar a Wilfi, Vic , Delmiro y al tal Rac y llevarlos donde alguien que sepa porque ellos también lo ignoran.
Si es el humorismo escrito, entonces otro gallo es el que canta, porque abundan los modelos dignos de imitar: Jardiel Poncela, Camba, Iglesias- pero no el cantante que lo único que escribe son cheques -, y Daniel Samper Pizano, quien despues de reconciliarse con el hermanito que se jala - y ésto es una primicia- será nombrado Payaso Insigne de las Letras en el Congreso Universal del Humorismo próximo a celebrarse en la cosmopolita ciudad de Aguadulce.
Daniel Samper Pizano es un colombiano íntegro- ¡qué los hay a pesar de los malos comentarios en el resto del mundo!, y cuya única mácula es que, al igual que Abel, tiene seis millones de razones para renegar de su hermano. Sin embargo, los intereses de la sangre pesan más que las razones y el pobre hombre carga con su costal- a su hermano me refiero- Con todo ello es jocoso, como la gran masa de sus paisanos, y a falta de talentos ha tenido que dedicarse al periodismo humorístico para sobrevivir.
"Hasta hace algunas décadas- señala en su artículo El origen de la Tierra- los evolucionistas eran atacados a pedradas cuando sostenían que el hombre provenía del mono.Generalmente las primeras pedradas las lanzaban los monos."
"¿Será la Tierra producto de la chispa creadora de un Ser Supremo?- se pregunta - Si es así, ¿en qué lamentable cortocircuito se encendió la chispa?."
Y, en un alarde de erudición, nos aclara en Cien años con los brazos en alto que "Por andar conmemorando efemérides menos importantes, como los 450 años de Bogotá, los 25 de la muerte de Kennedy o los 20 de la invasión de Checoslovaquia, el año 1988 se nos pasó sin haber festejado el principal aniversario terminado en 88. Me refiero al centenario del desodorante, que resulta mucho más trascendental para quienes trabajamos en recintos cerrados que las hazañas fundadoras de Jiménez de Quezada, el disparo de Oswald o la excursión de los tanques soviéticos a Praga." "Al comienzo- nos ilustra- se trataba de un producto esencialmente femenino. La axila pestilente y virgen se consideraba buena cosa de varones."
"Un hotel de raza como el Ritz, que es el mejor de España-escribe en Aventuras de un hijo de perra- no tiene complejos que le impidan recibir perros. La mayoría de los hoteles que no lo hacen es porque los aqueja el fundado temor de alojar un perro más fino que el establecimiento."
"- Señorita, Pachulí no es un simple perro. Es un superdotado. Ha sido jurado tres veces en el Festival de Canes."
En Elogio de la cama nos hace saber que "...cuando apareció la cama, muchos pueblos la asumieron como mueble múltiple. Ahí se comía, se dormía y hasta se atendía la voluntad divina del 'creced y multiplicaos'".
" En general, la madurez de una urbe como ciudad esta relacionada con el tipo de servicios que preste a los animales, no a los humanos.- escribe en La ciudad y los canes- ¿Atienden los bomberos las llamadas telefónicas del niño cuyo gato escapó a un árbol? ¿Acude la policía a rescatar un canario errante que se atoró en la rejilla del aire acondicionado? ¿Participa el alcalde en el desfile del animal humilde? Y, si participa, ¿lo hace en calidad de lo primero o lo segundo?"
Y, en un remate de humor negro, nos hace sonreír cuando en Safari al costado oculto de Julio Iglesias sugiere que " Tal vez lo más aconsejable sea destruir para siempre el tabú. La ONU, el Instituto Geofísico de los Andes o el profesor Jacques Cousteau deberían promover una expedición al lado oculto de Julio Iglesias.Sería un safari bien equipado, con sabuesos cazadores, armas de perdigón e instrumentos científicos. De él formarían parte solamente voluntarios de demostrado coraje: uno no sabe lo que les espera de la ceja para arriba. A lo mejor encuentran maravillas. A lo mejor se topan con inesperadas sorpresas. No descarto la posibilidad, incluso, de que descubran en la parte superior vestigios de algún antiguo cerebro ya extinguido."
Definitivamente es para creer en la Providencia Divina. Hay gurúes. Y, aunque apachurrados por el peso de hermanos sospechosos, por lo menos resultan graciosos. Aún más allá del Tapón del Darién.

Los padres,¿un acto de fe?

Que madre hay una, pues sí. Pero padres, ¿acaso no hay uno también? A menos que la biología que nos enseñaron hace un par de años , como las computadoras, se renueve cada dos por tres; y ahora resulte que el óvulo es fecundado en una promiscuidad rayana en el escándalo.
Señores, ¡padre,tambien, sólo hay uno! No más.
A partir de este momento, un grupo de estos desventurados especímenes ,durante tantos años discriminados, ha resuelto acabar con tamaña injusticia y exigir, de una vez por todas, que se les devuelva el lugar y el prestigio que dicha función social merece.
Que madre solo hay una lo aceptamos , pero reclamamos el crédito que nos merecemos porque, después de todo, no son madres de probeta. Nuestro aporte hemos dado y no se nos puede negar el sitial y el esfuerzo que eso conlleva.
Padres por la Dignidad es el nombre del aguerrido grupo que irá hasta las últimas consecuencias por alcanzar el reconocimiento público que añoramos. Porque no se puede sufrir, sin tintes de indignación, que las madres tengan su día fijo de homenaje y nosotros el tercer domingo de junio - que ni siquiera se corre como descanso obligatorio para el lunes- tal como generalmente ocurre con el día de las madres.
Es una tarea difícil la que nos hemos impuesto, es verdad, porque por donde le miremos campea la discriminación. ¿ Ha visto usted alguna empresa que en este país agasaje a los padres con un almuerzo en su día? No. Sin embargo, todas llevan a sus madres- a las que allí trabajan me refiero- al mejor restaurante de la ciudad y, entre comidas, brindis y los chistes descoloridos del jefe, reciben reconocimiento por una maternidad que solas no habrían podido alcanzar.
¿Ha visto como el ocho de diciembre los hijos se disparan el mejor mariachi para llevarle serenatas a la madre que les dió el ser? Y a los padres, que su grano de arena aportaron - por decirlo de alguna manera- que los parta un rayo. Nada de mariachis, si bien es cierto que sería mejor apreciado el gesto viendo lo bien que combinan una cerveza y una canción de Pedro Infante o Jorge Negrete.
Y ya que andamos por los predios de los hijos, éstos tienen su parte de culpa en la desvalorización de los padres. Cuántas veces no hemos sido testigos de cruentas peleas ocasionadas por una mala alusión a la madre. ¿ Y por los padres? Nada. Ni siquiera una mala palabra aún después de escuchar un rosario dedicados a nosotros.
De que estamos desvalorizados, lo estamos. Pero Padres por la Dignidad se propone acabar con eso. Nuestros principales objetivos para tal fin, serán:
- Primero, que se nos designe una fecha fija en el calendario.
- Segundo, concienciar a nuestros hijos para que, puños en ristre, armen las de Caín al menor asomo de alusiones ofensivas para su padre,y...
- Tercero, promover fuertemente la paternidad responsable, cuya ausencia es lo que, al fin y al cabo, nos tiene en el callejón del desprestigio. Porque con qué cara vamos los Padres por la Dignidad a reclamar algo cuando estamos rodeados de un gran porcentaje de valerosas madres-padres que cargan con todo el peso de la crianza de los niños. De esos mismos niños que crecen confundidos sin encontrar al padre.Porque cuando lo buscan en la cantina, resulta que está en el hipódromo. Cuando lo buscan en el hipódromo, está en la cantina. Y cuando no está ni en uno ni otro lado, resulta que está en brazos de la querida.
Señores, ¡padre solo uno! Siempre y cuando se haga presente.

Drácula, un político chévere

Mucha tinta y sangre ha corrido desde que en 1897 Bram Stoker diera vida a Drácula, ese vampiro siniestro obsesionado con la antihigiénica manía de chupar el cuello de cuanto infeliz se enredara entre sus colmillos.
Ciento cincuenta y cuatro películas, treinta novelas largas, ciento veinte cortas, diez y nueve series de televisión y seiscientos cómics dan cuenta de la popularidad del bicho transilvano. ¡Ya quisieran nuestros legisladores semejante aceptación...!
Remontando el hilo de sangre de la leyenda buscamos los orígenes de la misma y nos topamos con que Drácula, como todo los rumanos, nació en Rumania. Su verdadero nombre era Vlad Tepes y el apellido Dracul, que significaba en lengua nativa 'el diablo', le venía por sangre directa de su padre Vlad Dracul, que en las crónicas sajonas es llamado Dracule y en las bizantinas es señalado como Draculis. Mas, este último señalamiento fue motivo de varias mordidas de cuello y de otro río de sangre puesto que el viejo vampiro, celoso de su fama de sanguinario y cuco de los musulmanes, sospechó en el mote ciertas alusiones respecto a sus preferencias sexuales que no convenían a un vampiro de colmillo en cuello.
Dracul, como todo vampiro bebedor y de mujeres chupar, tuvo su hijo: el príncipe Vlad Tepes, el cual siempre firmó con el nombre de su beodo progenitor. Este muchacho superó con creces los hábitos y fama de su padre, llegando a ser llamado El Empalador, por la no tan feliz manía de sentar a sus enemigos sobre una estaca afilada.
Se cuenta en los bares y bancos de sangre de Transilvania que Tepes, el Draculita, frustró los sueños del sultán turco Mohamet II de conquistar Europa. Ante el horror de unos pocos sobrevivientes, el príncipe cristiano sentó en las estacas a 250,000 moros que atravesados por salva sea la parte se vieron en la odiosa obligación de morir -como cualquier otro hijo de vecino sobre semejante trono-.
También corre aún el run run en los antros sangriólicos que, ante las numerosas quejas del aumento de los pobres en el reino, el joven Vlad se decidió a organizar un ágape en su castillo de las afueras de Valaquia. Mesas monumentales y bien surtidas eran la delicia de los pobres invitados, y abundante vino regaba los manjares. Cuando el convite alcanzó su apogeo, pirotécnicos apostados en los muros externos prendieron fuego a la posada para preparar el plato principal: mendigos a la brasa. A la mañana siguiente el problema de los menesterosos estaba resuelto.
Por si las moscas, acá en estos lares, nos colgaremos un colmillo de ajo en el cuello porque los vientos que soplan- navideños y huracanados- anuncian que expertos vampirólogos se han infiltrado en los más influyentes puestos de poder y toma de decisiones...No más vuelva la mirada hacia el coloso del norte y verá.

Carta a mi hijo

Hijo mío:
Tal vez esta carta esté fuera de tiempo por tus escasos seis años, y tal vez tu pobre padre ya sea víctima de la neurosis que traen aparejados los años, pero es mi deseo que cuando consigas aprender a leer - que en eso ya andas - este sea uno de tus primeros materiales de lectura. Recuerdo lo mucho que te agradaba la idea de ir a la escuela, al igual que a la mayoría de los infantes. Y espero que ese ímpetu no sea echado por tierra como generalmente ocurre por causas que nadie se ha tomado la molestia aún de establecer.¿ Algún maestro malo, diríamos ? ¿ O, peor aún, un ambiente escolar escaso de estímulos? No quiero buscar culpables. Y aprovechando que, como dicen , escribir es el mejor exorcismo para los demonios y las dudas, quiero encontrar y compartir contigo una sencilla explicación para la violencia que se hace dueña de las escuelas de la ciudad. Es una respuesta personal, que no necesariamente tiene que ser compartida por el resto de nuestros congéneres, pero que no por personal carece de valor : Las opiniones, al igual que los ideales, fundamentan su valor en el grado de fe que les profesamos.
La actual violencia estudiantil es consecuencia directa del fracaso educativo que sufre el país. Los jóvenes de hoy despliegan tal pobreza intelectual, tal carencia en el manejo de las ideas, que no resulta demasiado difícil vislumbrar el origen de la tragedia. Inmersos en un hedonismo ramplón y alérgicos a los esfuerzos de la lectura, atesoran la sarta de prejuicios que les brinda la televisión y la música estridente que es material común en los busitos que los llevan y traen de la escuela. Asombra, sin embargo, el grado de apego que demuestran al defender este material - sus prejuicios -.Pero, ojo, que el ardor con que los defienden no es convicción, es temor : cada prejuicio que les echen por tierra aumenta su vacío intelectual; es una clavija menos para sostener tan pobre existencia.
Espero que perdure en tí, hijo mío, ese interés que has demostrado por los libros. Sólo ellos te darán la capacidad para moverte en el terreno de las ideas y te harán partícipe del enorme legado que han dejado otros que vivieron antes que tú. Sólo ellos permitirán que tu panorama vital se extienda más alla de las cuatro paredes, estrechas por cierto, de la ignorancia y el prejuicio.
Hijo, los muchachos que viste en los noticiarios, y todo aquél que se entrega al argumento fácil de la violencia - que son muchos y no salen necesariamente en la televisión - son violentos porque son intolerantes. Y son intolerantes porque son presa fácil del dogmatismo. ¿Pero, qué es un dogma ? preguntarás con la sana curiosidad de tus escasos años. Un dogma es aquello que tenemos por principio inalterable, aunque no sepamos explicar el por qué y el para qué. Dogma es lo que llevó al asesinato de millones de judíos durante la segunda guerra mundial; dogma es lo que propició establecer la esclavitud como un comportamiento común a la llegada de los conquistadores por estos lares; dogma es lo que lleva a pensar a ciertos fanáticos que las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres. Y los dogmáticos lo son porque al carecer de las herramientas intelectuales que brinda una efectiva educación, están inhabilitados para la adquisición de ideas ( hacerse de estas últimas representa un esfuerzo monumental para el cual , con razón, se sienten incapacitados). Comprenderás, hijo mío, que un individuo así, carente de todo recurso para ejercitarse en el debate, recurra a la única opción posible para defender su escuálido patrimonio: la violencia.
Claro que no todo es tan simple como aquí te lo planteo. El mundo es variopinto y extremadamente complicado. Lo simplificamos para poder entenderlo. El problema de la violencia juvenil tiene muchas otras aristas: la violencia doméstica, los malos ejemplos a que están expuestos los pequeños, las frustraciones...qué se yo. También los padres tenemos mucha de la responsabilidad en este problema. Hemos echado la responsabilidad de la educación en hombros de la escuela y le hemos sacado el cuerpo al asunto. Cerramos los ojos ante nuestras responsabilidades como si cerrándolos fueran a desaparecer. Por mi parte te pido un poco de comprensión : todos llegamos a la paternidad carentes de experiencia. Solo una vez que estamos en camino comprendemos lo difícil que fue el camino para nuestros padres. Y comprendemos, entonces, valga la redundancia, que la comprensión es uno de los primeros pasos en la búsqueda de soluciones.