martes, 4 de diciembre de 2007
Esclavos de la libertad
¿Y la libertad?...Muy bien gracias, si llega a encontrarla. Otro sueño como los tantos que se ha fabricado el ser humano desde la alborada de los tiempos. Otra ilusión como la de la eternidad, que muere con cada uno de los que llegan al final del camino. Hay quien se cree libre de pensar lo que quiera, de escribir lo que sienta; hay incluso quien se cree en la libertad de morir por lo que dice es su sueño. Pues, nada. Que somos esclavos de nuestras rutinas, de nuestros hábitos, de nuestras lacras. De nuestro ambiente, nos advierte la ciencia. Ni siquiera el artista que se llena la boca pregonando su libertad de creación. Esta nace marcada por los recuerdos, las experiencias, las desesperanzas, y un montón más de bichos raros que algunas veces somos incapaces de reconocer.Pero ahí reside nuestra grandeza como seres humanos: en nuestra capacidad de soñarnos libres, de cerrar los ojos y creer en un portento como la libertad. Esta virtud nos evita más cadenas de las que ya llevamos; y aún nos hace capaces de cambiarlas por otras más de nuestro gusto. Cambiamos nuestra ignorancia por una porción de luz. Cambiamos nuestra indiferencia por un lazo de amistad...Si, somos esclavos; pero esclavos capaces de soñar con la libertad, y por ello, de pelear y esforzarnos por mudar una esclavitud por otra. Tal vez en estos intermedios sea dónde, por breves momentos, carecemos de cadenas.
Artilugios más humanos
Como en todo. Del negro al blanco hay una inmensa gama de grises. Al igual que en la red, donde encontramos de todo. Encontramos a quienes amparados en el anonimato que ella brinda se dedican a la burla, a la mentira y a la destrucción, dando rienda suelta a los aspectos más oscuros que llevan sembrados en sus seseras y sus espíritus. Pero, también encontramos a muchísimos congéneres que nos permiten recobrar la fé en el género humano, recobrar la confianza en sentimientos como el amor, la amistad y la solidaridad.Sucede que no soy muy diestro manejando estos artilugios - la computadora y la red-, pero hace unos días logre colarme a uno de esos parajes virtuales llamados chats y la sorpresa fue gratificante. Me encontré con un grupo de personas de una extremada inteligencia y sensibilidad humanas.Personas que aún creen en los mejores aspectos de la humanidad y lo manifiestan a través de la amistad, el amor, la sinceridad y el diálogo franco y cordial. Y con eso de las webcan y el audio incorporado, quienes hasta ayer eran lejanos desconocidos, hoy se transfiguran en seres de carne y hueso, capaces de signar nuestro espíritu con el brillo de una mirada, el encanto de una bellísima sonrisa, o el particular timbre de una voz.Definitivamente...el mundo está cambiando. La tecnología está echando por tierra las fronteras allá por los lados de las relaciones humanas. Gracias a estos avances, se globalizan el amor, la amistad, la camaradería personal. Lo cual, en un mundo donde campea el descreimiento y la impronta pesimista, adquiere tintes esperanzadores para todos los que se niegan a apartar la mirada del sol.Como en todo, del negro al blanco hay muchos matices. Y en medio de un panorama donde suena el metal de las armas, esa corriente humana que cada día crece en la internet podría significar la diferencia para el futuro cercano.
Allá en la amistad
Siempre lo he dicho; y lo repito: amigo que no ocupa, no es amigo. Es un mueble, una sombra, poco menos que el boceto de aquello que debió concretarse en algo muy importante en nuestras vidas.Un amigo es alguien de carne y huesos que nos importuna con una visita cuando estamos en la cárcel. O que provoca que se nos lastime la herida recién suturada contándonos ese chiste que ilumina un poco la insalubre sala del hospital. Un amigo, en fin, es, utilizando ese lugar común de las expresiones, el paño de lágrimas o el hombro que se nos ofrece en medio de la desesperanza, del dolor o del descreímiento. Un amigo es eso y más. No es ese ídolo inalcanzable, que flota allá arriba en las altas nubes sin escucharnos.Y la distancia no es un obstáculo. Ni la ausencia física. En algunas ocasiones esa particular voz que escuchamos a través del teléfono representa los valores de la amistad con más fuerza que quien se agita a nuestro lado. No hay un rostro, una mirada, ni una seña en particular; hay, sin embargo, algo que supera con creces la ausencia de lo anotado: hay sinceridad. Y esa es la principal pilastra que sostiene el resto de la edificación. Porque no hay amistad donde no existe la sinceridad. Lo demás son simples detallitos, superables entre dos corazones que se comunican.
Prometeo al revés
¿Y no será que la rutina es un cerebro cuadrado? ¿Que el hastío de cada mañana no es un trabajo mal pagado y un jefe miserable, sino la maldita costumbre de rumiar día tras día los mismos pensamientos y rencores? Paradigmas le dicen quienes pretenden saber lo que ignoramos el resto de los mortales. Y no son otra cosa que el pensar y experimentar el mundo siempre desde la misma orilla, porque tememos zambullirnos en las aguas, cruzar el río y ver el mundo desde otro ángulo. Y no sólo ver nuestro mundo, sino intentar ver el mundo de los demás , instalándonos por un momento en sus propias orillas. Tal vez cuando seamos capaces de tal portento, la rutina desaparezca de nuestros amaneceres cotidianos y ya nunca más el espejo nos devuelva esa imagen matutina de un enano que cepillo en mano pretende una grandeza para la cual no hace ningún esfuerzo que le pinte el mérito en la frente. Como una moderna marca de Caín.
Silencios lejanos
No son las fronteras las que nos dividen. Ni siquiera la religión o el color de la piel. Nos divide el silencio. Ese muro intangible, pero real, que nos impide conocer siquiera el nombre de quien se sienta al lado; que nos niega la respuesta a un simple buenos días o buenas tardes. El silencio es la moneda vigente luego que salieran de circulación las tradicionales normas de la urbanidad más elemental. Callamos ante el vecino que recién llega al barrio, así como hemos callado ante el que encontramos al llegar nosotros.Callar...callar...callar...así vamos levantando, ladrillo tras ladrillo, el muro de silencio que nos divide, que nos aleja cada día más de los otros. De aquellos que formando parte del entorno cotidiano, no forman parte de la pequeña y estrecha vida que nos empeñamos en llevar.
El Camaleón Cervantes
Cuando leo el periódico o veo los noticieros, no puedo menos que recordar a Borges cuando señalaba que "no importa que existan los pobres, lo importante es que no se sepa". Y en esto de ocultarlos no hay mejor herramienta que el lenguaje. Usted escribe ciudadano económicamente marginado y le ahorra al lector una palabra tan fea como pobre.
¡La concisión es un lujo que no quieren permitirse los comunicadores!
En vez de vaca nos espetan bovino; al miserable que con un bombazo borra del mapa a cien personas ya no le dicen terrorista, sino fanático ideológico. El atraso se ha venido a convertir en subdesarrollo, aunque sigamos estancados: no nos movemos en ninguna dirección, ya ni siquiera estamos en la vía; como siempre ocurre,creo que irresponsablemente nos hemos echado a un lado a mirar cómo caminan los demás.
Se forma una revuelta en la cárcel y ya no nos hablan de presos: ahora son internos. ¿ Y a los que a diario se escapan de las mismas se les llama fugitivos? No. Llámeles Houdinis.
La pobreza no es tal; dejemos a un lado la grosería y escribamos niveles bajo cero de ingresos.
Vuelvo y cito a Borges- apenas entregó los tenis es síntoma de cultura hacerlo- que decía: " un grupo de cambiantes militares se encarama al poder que nos maltrata durante unos siete años; a esta calamidad se le llama proceso".
En este afán eufemístico ciertos delincuentes lucradores cargan con el mote de dirigentes sindicales-sin ánimos de ofender a los delincuentes. Aquellos arribistas mal autodenominados líderes comienzan barriendo el local del sindicato y terminan pasando las vacaciones en Europa con el perro, la mujer y los hijos -y el segundo frente en el hotel de al lado.
Si a un par de burócratas malintencionados les importa un comino el futuro incierto de los viejos jubilados, pues se roban los fondos del Seguro Social y al final todos tranquilos.Aquí no se hablará de robo sino de un negociado.
Vista la utilidad de esta manía la hemos llevado a los niveles más personales. Ahora cobramos demás por un servicio y no es explotar al prójimo: es darnos a valer. Si además somos matones y lo hacemos junto con parientes y hermanos, entonces somos un séquito; que eso de pandilla atenta contra las buenas maneras.
Llega un fulano -que un par de días atrás vendía frituras en el colegio del hijito del ministro- y se gana una licitación millonaria para la construcción de una autopista gracias a su amistad con el nene de papá, eso ya no es tráfico de influencias: en buen castellano y apego a las normas de urbanidad decimos que es cabildeo.
Si además de la autopista le conceden la construcción de un corredor - en cualquier punto cardinal- y le regalan valiosas tierras aéreas, ¡pobre del ignorante que diga que eso es un atraco!: en buenos términos económicos eso no es más que globalización.
A las atrocidades y desmanes cometidos bajo el amparo de un puesto público se les señala como delitos políticos.
El agua es el preciado líquido, aunque durante los carnavales la derrochemos como frenéticos desaforados.
Y a esas abusivas batidas policiales se les endilga el calificativo de operativos de profilaxis social, así sean los funcionarios gubernamentales que las ordenan y realizan los más urgidos de una profilaxis. Y las áreas en que son ejecutadas, que ofenden la abundancia y molicie de los más, pasaron a ser cinturones de pobreza o áreas marginadas.
¡Santo Dios! El buen manejo del idioma no nos convierte en cómplices sinverguenzas del status quo o de los políticos de turno, sino en extraordinarios cronistas y, además, en prestidigitadores morales de nuestra época.
¡La concisión es un lujo que no quieren permitirse los comunicadores!
En vez de vaca nos espetan bovino; al miserable que con un bombazo borra del mapa a cien personas ya no le dicen terrorista, sino fanático ideológico. El atraso se ha venido a convertir en subdesarrollo, aunque sigamos estancados: no nos movemos en ninguna dirección, ya ni siquiera estamos en la vía; como siempre ocurre,creo que irresponsablemente nos hemos echado a un lado a mirar cómo caminan los demás.
Se forma una revuelta en la cárcel y ya no nos hablan de presos: ahora son internos. ¿ Y a los que a diario se escapan de las mismas se les llama fugitivos? No. Llámeles Houdinis.
La pobreza no es tal; dejemos a un lado la grosería y escribamos niveles bajo cero de ingresos.
Vuelvo y cito a Borges- apenas entregó los tenis es síntoma de cultura hacerlo- que decía: " un grupo de cambiantes militares se encarama al poder que nos maltrata durante unos siete años; a esta calamidad se le llama proceso".
En este afán eufemístico ciertos delincuentes lucradores cargan con el mote de dirigentes sindicales-sin ánimos de ofender a los delincuentes. Aquellos arribistas mal autodenominados líderes comienzan barriendo el local del sindicato y terminan pasando las vacaciones en Europa con el perro, la mujer y los hijos -y el segundo frente en el hotel de al lado.
Si a un par de burócratas malintencionados les importa un comino el futuro incierto de los viejos jubilados, pues se roban los fondos del Seguro Social y al final todos tranquilos.Aquí no se hablará de robo sino de un negociado.
Vista la utilidad de esta manía la hemos llevado a los niveles más personales. Ahora cobramos demás por un servicio y no es explotar al prójimo: es darnos a valer. Si además somos matones y lo hacemos junto con parientes y hermanos, entonces somos un séquito; que eso de pandilla atenta contra las buenas maneras.
Llega un fulano -que un par de días atrás vendía frituras en el colegio del hijito del ministro- y se gana una licitación millonaria para la construcción de una autopista gracias a su amistad con el nene de papá, eso ya no es tráfico de influencias: en buen castellano y apego a las normas de urbanidad decimos que es cabildeo.
Si además de la autopista le conceden la construcción de un corredor - en cualquier punto cardinal- y le regalan valiosas tierras aéreas, ¡pobre del ignorante que diga que eso es un atraco!: en buenos términos económicos eso no es más que globalización.
A las atrocidades y desmanes cometidos bajo el amparo de un puesto público se les señala como delitos políticos.
El agua es el preciado líquido, aunque durante los carnavales la derrochemos como frenéticos desaforados.
Y a esas abusivas batidas policiales se les endilga el calificativo de operativos de profilaxis social, así sean los funcionarios gubernamentales que las ordenan y realizan los más urgidos de una profilaxis. Y las áreas en que son ejecutadas, que ofenden la abundancia y molicie de los más, pasaron a ser cinturones de pobreza o áreas marginadas.
¡Santo Dios! El buen manejo del idioma no nos convierte en cómplices sinverguenzas del status quo o de los políticos de turno, sino en extraordinarios cronistas y, además, en prestidigitadores morales de nuestra época.
Matracas navideñas
Que la historia es una sarta de mentiras no nos quepa la menor duda. Y eso de los Santos Inocentes no es solamente el veintiocho de diciembre. ¡Santos Inocentes, bola de ingenuos, son los trescientos sesenta y cinco dias del año!, sesenta y seis los bisiestos. Pero, eso sí, la fecha tiene su santo génesis.
Cuando Herodes llama a capítulo a los Reyes Magos para que le soplen el lugar de nacimiento del Hijo de la Estrella de Oriente, ¿qué creen ustedes que ocurre? Casi nada, que los susodichos lo embaucan con la falsa promesa de volver y le dejan esperando, por lo cual no puede cumplir con ir a rendirle culto al recién nacido;otra falsa promesa.
Ante tal mentira, el malinterpretado Herodes decide pasar a filo a todos los párvulos de los alrededores.
Pero bien merecida se tenía la embaucada el infanticida, porque ¿ a qué imbécil se le ocurre creer en unos dizque magos que se transportan a lomo de camello en vez de las clásicas alfombras voladoras de las Mil y Una Noches? Que no me vengan con el cuento que son más rápidos y cómodos los encorvados animalejos.
Respaldada por el prestigio que le brinda la Biblia, esta historia probablemente dio origen a lo que hoy conocemos como Santos Inocentes.
Santos que ni son inocentes e inocentes que no son ningunos santos. Por lo cual celebramos la fecha clavando un par de mentirillas blancas a nuestros allegados y restregándoles en la cara su minuto de idiotez con el ya socorrido ¡Inocente mariposa! Algunos, los más fanáticos, han asumido la historia con tal vehemencia hasta el extremo de convertirla en un modo de vida conocido como política. Diariamente, minuto a minuto, les escuchamos confabular sus más grandiosas inocentadas:
- La pobreza ha disminuido en todo el país, espetan algunos.
- Estamos acabando con el desempleo, pregonan los más osados.
- Estos periplos imperiales son necesarios para atraer millonarias inversiones, chilla el más planchado.
- No me alcanza el salario, declara el diputado con vocación de saltibanqui. Ya quisiera yo ganar millones para compartirlo con mi pueblo, añade mientras desangra las arcas con sueldos que no justifica.
- Si votan por mí les construyo el puente...¡Qué no tienen río! Pues, también les mando uno para que pongan el puente.
Veintiocho de diciembre. Día de los Santos Inocentes. ¿Quedará alguno en estos días?
Malas noticias.
No todo durante estas fechas es festejo. La tragedia ronda aun en los Santos Inocentes.
Una agencia internacional de noticias nos sorprende con la mala nueva que el burrito sabanero ha muerto.
¿Quién no recuerda aquel burro incompetente que durante unos veinte años deambuló en busca de un pesebre que, al parecer, le escondieron en los confines del oriente?
Su ya no tan infantil acompañante, nieto en brazos, se negó a brindar declaraciones ahogado no por las lágrimas, sino por un asma aguda pescada durante su largo peregrinar por esos fríos y desiertos parajes de Dios.
Mensajes de condolencia inundaron la redacción de la agencia. Peregrinos de todos los desiertos habidos y por haber, que en algún momento se cruzaron con el distraído animal -el burro- lamentaron su muerte.
-Un poco estúpido y desentonado, pero simpaticón- señalaron.
"Con mi burrito sabanero voy camino de Belén..."
Esperamos que esta vez si encuentre el camino;de lo contrario, largo será su nuevo peregrinar por el limbo.
Cuando Herodes llama a capítulo a los Reyes Magos para que le soplen el lugar de nacimiento del Hijo de la Estrella de Oriente, ¿qué creen ustedes que ocurre? Casi nada, que los susodichos lo embaucan con la falsa promesa de volver y le dejan esperando, por lo cual no puede cumplir con ir a rendirle culto al recién nacido;otra falsa promesa.
Ante tal mentira, el malinterpretado Herodes decide pasar a filo a todos los párvulos de los alrededores.
Pero bien merecida se tenía la embaucada el infanticida, porque ¿ a qué imbécil se le ocurre creer en unos dizque magos que se transportan a lomo de camello en vez de las clásicas alfombras voladoras de las Mil y Una Noches? Que no me vengan con el cuento que son más rápidos y cómodos los encorvados animalejos.
Respaldada por el prestigio que le brinda la Biblia, esta historia probablemente dio origen a lo que hoy conocemos como Santos Inocentes.
Santos que ni son inocentes e inocentes que no son ningunos santos. Por lo cual celebramos la fecha clavando un par de mentirillas blancas a nuestros allegados y restregándoles en la cara su minuto de idiotez con el ya socorrido ¡Inocente mariposa! Algunos, los más fanáticos, han asumido la historia con tal vehemencia hasta el extremo de convertirla en un modo de vida conocido como política. Diariamente, minuto a minuto, les escuchamos confabular sus más grandiosas inocentadas:
- La pobreza ha disminuido en todo el país, espetan algunos.
- Estamos acabando con el desempleo, pregonan los más osados.
- Estos periplos imperiales son necesarios para atraer millonarias inversiones, chilla el más planchado.
- No me alcanza el salario, declara el diputado con vocación de saltibanqui. Ya quisiera yo ganar millones para compartirlo con mi pueblo, añade mientras desangra las arcas con sueldos que no justifica.
- Si votan por mí les construyo el puente...¡Qué no tienen río! Pues, también les mando uno para que pongan el puente.
Veintiocho de diciembre. Día de los Santos Inocentes. ¿Quedará alguno en estos días?
Malas noticias.
No todo durante estas fechas es festejo. La tragedia ronda aun en los Santos Inocentes.
Una agencia internacional de noticias nos sorprende con la mala nueva que el burrito sabanero ha muerto.
¿Quién no recuerda aquel burro incompetente que durante unos veinte años deambuló en busca de un pesebre que, al parecer, le escondieron en los confines del oriente?
Su ya no tan infantil acompañante, nieto en brazos, se negó a brindar declaraciones ahogado no por las lágrimas, sino por un asma aguda pescada durante su largo peregrinar por esos fríos y desiertos parajes de Dios.
Mensajes de condolencia inundaron la redacción de la agencia. Peregrinos de todos los desiertos habidos y por haber, que en algún momento se cruzaron con el distraído animal -el burro- lamentaron su muerte.
-Un poco estúpido y desentonado, pero simpaticón- señalaron.
"Con mi burrito sabanero voy camino de Belén..."
Esperamos que esta vez si encuentre el camino;de lo contrario, largo será su nuevo peregrinar por el limbo.
Un mundo infeliz
Cuando escuché la noticia salté de la silla embargado por la emoción. Unos científicos británicos habían logrado duplicar a Dolly por medio de algo así como una clonación.
- ¡Santo Dios! No puede ser cierta tanta felicidad. Un duplicado de la Dolly Parton, pensé mientras la ansiedad inflamaba el pecho- el mío, no el de la Parton, que esos ya no dan para más.
Inmediatamente llamé al laboratorio de ciencias de la Universidad Nacional para preguntar el precio de una copia biológica. Cualquier cosa por tener a la country en casa.
-Lamento decirle que aquí no tenemos ni idea de los costos de un clon de la oveja Dolly.
- ¿Oveja? ¿Quién habló de oveja?
- Si, oveja. Si se refiere al experimento de los británicos, sepa usted que Dolly es una hermosa oveja inglesa.
- ¡Miserables! , troné mientras destrozaba el teléfono contra el suelo, ¿ A quién rayos se le ocurre duplicar una oveja?¿Qué clase de pervertido inescrupuloso puede bautizar a un animalucho con el nombre que acompañó nuestros desvelos juveniles?
Loco de la ira busqué en el directorio telefónico el número del Instituto Roslin de Edimburgo, donde trabaja Ian Wilmut. Nadie supo darme cuenta del mismo, ni del teléfono de la empresa de biotécnica PPL Therapeutics, que fue la que alcahueteó al duplicador de ovejas.
-¡Tanta privatización y tanto globalizar, y en este país uno no puede llamar a Frankenstein para insultarle!
Me largué al trabajo con la mañana ya echada a perder por tantas malas noticias. No terminaba de sentarme ante mi monitor cuando me pasaron una llamada de mi primo Cholo.
- ¿ Te enteraste de lo de los ingleses?
- Depende a qué ingleses te refieras: Sarah, Lady Di, Carlos...
- ¡No, imbécil! A los ingleses deshumanizados esos que andan duplicando ovejas.
-Ah, esos. Sí, ya me enteré.¿Qué ocurre con ellos?
- Pues casi nada. Que mi mujer, que ahora le ha dado por leer la sección científica del periódico, se enteró del experimento de los clones y se le ha metido entre ceja y ceja adquirir una copia de su madre.
-¿Y?...
-¿Como que y...? ¡ El mayor atractivo que tenía cuando la conocí era el de ser huérfana y ahora lo va a echar por tierra! ¿Te imaginas, después de años de felicidad, venir a lidiar una suegra?
Colgué sin despedirme. Ya era el colmo de las malas nuevas. Tomé papel y bolígrafo y escribí una breve y escueta carta al causante de tantas desgracias.
- ¡Santo Dios! No puede ser cierta tanta felicidad. Un duplicado de la Dolly Parton, pensé mientras la ansiedad inflamaba el pecho- el mío, no el de la Parton, que esos ya no dan para más.
Inmediatamente llamé al laboratorio de ciencias de la Universidad Nacional para preguntar el precio de una copia biológica. Cualquier cosa por tener a la country en casa.
-Lamento decirle que aquí no tenemos ni idea de los costos de un clon de la oveja Dolly.
- ¿Oveja? ¿Quién habló de oveja?
- Si, oveja. Si se refiere al experimento de los británicos, sepa usted que Dolly es una hermosa oveja inglesa.
- ¡Miserables! , troné mientras destrozaba el teléfono contra el suelo, ¿ A quién rayos se le ocurre duplicar una oveja?¿Qué clase de pervertido inescrupuloso puede bautizar a un animalucho con el nombre que acompañó nuestros desvelos juveniles?
Loco de la ira busqué en el directorio telefónico el número del Instituto Roslin de Edimburgo, donde trabaja Ian Wilmut. Nadie supo darme cuenta del mismo, ni del teléfono de la empresa de biotécnica PPL Therapeutics, que fue la que alcahueteó al duplicador de ovejas.
-¡Tanta privatización y tanto globalizar, y en este país uno no puede llamar a Frankenstein para insultarle!
Me largué al trabajo con la mañana ya echada a perder por tantas malas noticias. No terminaba de sentarme ante mi monitor cuando me pasaron una llamada de mi primo Cholo.
- ¿ Te enteraste de lo de los ingleses?
- Depende a qué ingleses te refieras: Sarah, Lady Di, Carlos...
- ¡No, imbécil! A los ingleses deshumanizados esos que andan duplicando ovejas.
-Ah, esos. Sí, ya me enteré.¿Qué ocurre con ellos?
- Pues casi nada. Que mi mujer, que ahora le ha dado por leer la sección científica del periódico, se enteró del experimento de los clones y se le ha metido entre ceja y ceja adquirir una copia de su madre.
-¿Y?...
-¿Como que y...? ¡ El mayor atractivo que tenía cuando la conocí era el de ser huérfana y ahora lo va a echar por tierra! ¿Te imaginas, después de años de felicidad, venir a lidiar una suegra?
Colgué sin despedirme. Ya era el colmo de las malas nuevas. Tomé papel y bolígrafo y escribí una breve y escueta carta al causante de tantas desgracias.
Sr. Ian Wilmut
Instituto Roslin de Edimburgo
No muy apreciado señor:
Como argumento de ciencia-ficción pasa, pero como realidad de la vida cotidiana ya es otra cosa.
La clonación es una amenaza que puede convertirse en la pesadilla de los países que, como Panamá, se esfuerzan por consolidarse en la vida democrática y en el respeto de las leyes e instituciones decentes.
Ya en nuestros corrillos políticos hierve la especie de que si los del PRD no logran pasar la reelección ni el plebiscito, darán un paso más adelante que usted y clonarán no una oveja, sino un vacuno, cuyo duplicado será postulado para las elecciones del noventa y nueve. Y como usted puede ver, esto no será reelección...pero se mastica igual.
Instituto Roslin de Edimburgo
No muy apreciado señor:
Como argumento de ciencia-ficción pasa, pero como realidad de la vida cotidiana ya es otra cosa.
La clonación es una amenaza que puede convertirse en la pesadilla de los países que, como Panamá, se esfuerzan por consolidarse en la vida democrática y en el respeto de las leyes e instituciones decentes.
Ya en nuestros corrillos políticos hierve la especie de que si los del PRD no logran pasar la reelección ni el plebiscito, darán un paso más adelante que usted y clonarán no una oveja, sino un vacuno, cuyo duplicado será postulado para las elecciones del noventa y nueve. Y como usted puede ver, esto no será reelección...pero se mastica igual.
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