martes, 4 de diciembre de 2007

Un mundo infeliz

Cuando escuché la noticia salté de la silla embargado por la emoción. Unos científicos británicos habían logrado duplicar a Dolly por medio de algo así como una clonación.
- ¡Santo Dios! No puede ser cierta tanta felicidad. Un duplicado de la Dolly Parton, pensé mientras la ansiedad inflamaba el pecho- el mío, no el de la Parton, que esos ya no dan para más.
Inmediatamente llamé al laboratorio de ciencias de la Universidad Nacional para preguntar el precio de una copia biológica. Cualquier cosa por tener a la country en casa.
-Lamento decirle que aquí no tenemos ni idea de los costos de un clon de la oveja Dolly.
- ¿Oveja? ¿Quién habló de oveja?
- Si, oveja. Si se refiere al experimento de los británicos, sepa usted que Dolly es una hermosa oveja inglesa.
- ¡Miserables! , troné mientras destrozaba el teléfono contra el suelo, ¿ A quién rayos se le ocurre duplicar una oveja?¿Qué clase de pervertido inescrupuloso puede bautizar a un animalucho con el nombre que acompañó nuestros desvelos juveniles?
Loco de la ira busqué en el directorio telefónico el número del Instituto Roslin de Edimburgo, donde trabaja Ian Wilmut. Nadie supo darme cuenta del mismo, ni del teléfono de la empresa de biotécnica PPL Therapeutics, que fue la que alcahueteó al duplicador de ovejas.
-¡Tanta privatización y tanto globalizar, y en este país uno no puede llamar a Frankenstein para insultarle!
Me largué al trabajo con la mañana ya echada a perder por tantas malas noticias. No terminaba de sentarme ante mi monitor cuando me pasaron una llamada de mi primo Cholo.
- ¿ Te enteraste de lo de los ingleses?
- Depende a qué ingleses te refieras: Sarah, Lady Di, Carlos...
- ¡No, imbécil! A los ingleses deshumanizados esos que andan duplicando ovejas.
-Ah, esos. Sí, ya me enteré.¿Qué ocurre con ellos?
- Pues casi nada. Que mi mujer, que ahora le ha dado por leer la sección científica del periódico, se enteró del experimento de los clones y se le ha metido entre ceja y ceja adquirir una copia de su madre.
-¿Y?...
-¿Como que y...? ¡ El mayor atractivo que tenía cuando la conocí era el de ser huérfana y ahora lo va a echar por tierra! ¿Te imaginas, después de años de felicidad, venir a lidiar una suegra?
Colgué sin despedirme. Ya era el colmo de las malas nuevas. Tomé papel y bolígrafo y escribí una breve y escueta carta al causante de tantas desgracias.

Sr. Ian Wilmut
Instituto Roslin de Edimburgo

No muy apreciado señor:
Como argumento de ciencia-ficción pasa, pero como realidad de la vida cotidiana ya es otra cosa.
La clonación es una amenaza que puede convertirse en la pesadilla de los países que, como Panamá, se esfuerzan por consolidarse en la vida democrática y en el respeto de las leyes e instituciones decentes.
Ya en nuestros corrillos políticos hierve la especie de que si los del PRD no logran pasar la reelección ni el plebiscito, darán un paso más adelante que usted y clonarán no una oveja, sino un vacuno, cuyo duplicado será postulado para las elecciones del noventa y nueve. Y como usted puede ver, esto no será reelección...pero se mastica igual.

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