viernes, 7 de diciembre de 2007
Palabras...¿al viento?
Y es que tampoco las valorizamos...todo lo contrario. Las desgastamos, las trillamos, las amontonamos. Así como se amontonan los bultos en un depósito; una encima de la otra; una en pos de otra. Hasta que pierden valor. Hasta que pasan a significar casi nada. Nos acostumbramos a verlas como un conjunto, sin aristas, desperdigadas por las hojas abandonadas de un diccionario. Y llegan épocas incoloras en que las pronunciamos y ya nada significan. Las vomitamos como lo hace con el alcohol un borracho desenfrenado. Y pasa que amistad, amor, comprensión, perdón...pasan a ser sólo vocablos que soltamos por no escuchar el silencio; por no enfrentarnos al misterio de una mirada, o a la espera silenciosa de una esperanza. Quizás cuando reaccionemos y volvamos a apreciar las aristas que presentan esas y otras muchas palabras, tal vez sólo entonces volvamos a recuperar nuestra humanidad. ..
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